jueves, 20 de octubre de 2011

Instantánea II


Las luces naranjas de mi auto parecen somnolientas, no están encendidas pero tampoco fundidas. La batería esta agotada y me he quedado justo afuera de mi oficina.

Mi celular replica, mientras se queda sin energía. Llamo al seguro antes de que sea tarde, dicen llegar lo antes posible dependiendo del tráfico.

¡Pero son las 12 de la noche! Respondí enérgico a la operadora. Apenado accedo, sin remedio.
Antes de la 1 llega un auto pequeño en sentido contrario, le hago señas. Bajo enseguida del auto, hay un hombre robusto ya frente al cofre y otro más joven que descarga algo del asiento trasero.

¿¡¡Dejó algo prendido güero!!? Me pregunta el hombre robusto, le digo que no recuerdo. Mientras el otro joven se agacha para acomodar la batería que conectaran a mi auto.

Lo miro con atención, su suéter se levanta asomando su espalda morena, el joven es de buena forma. Fijo mis ojos en sus nalgas, mientras maniobra muestra el resorte de una trusa azul, se agacha un poco más y la línea que divide sus dos abultados glúteos me ponen nervioso. Levanto la mirada por un instante.

Imagino como sería estar abrazado a él, mientras mi mano baja por la espalda a sus nalgas por debajo del pantalón tocar la tela de su trusa y llevar mi mando dentro de ella. 
Güero ¿ puedes encender tu auto?