viernes, 25 de marzo de 2011

Alan (antes del anochecer)


1, 2, 3… perdí la cuenta en 17 . Empiezo de  otra vez 1, 2, 3, 4, 5 avanza la manecilla.
3 meses, no puedo sacarlo de mi mente. El mismo miedo desde el primer día, gira en mi cabeza como cocaína. Me inspecciono por cuarta vez en el espejo, no  hay nada fuera de lugar y si lo hay ni lo noto.
Mi casa huele a serenidad y aromatizante lavanda ¡qué asco! En el escurridor la mitad de la bajilla amontonada, un par de vasos mojados, el reloj de la cocina suena como si fuera a desarmarse los dos patos pintados en la base resguardan el tiempo  y la pantalla de vidrio que cuelga a mitad de la cocina se pandea por el aire. 
Harto de hurgar el pasado, me concentro en el futuro, es más emocionante y no duele tanto. Ocho minutos previos a las 7, llegas; siempre lo presiento.  Antes del primer beso ya estoy listo,  te espero así desde las 3.
Guarde mi decencia en algún cajón, la ropa desaparece, sólo a la vista mi calzón que arrastra prendido a mi pie vamos de la cocina a la sala. Olvidamos  subir a mi cuarto y quedamos en el camino.  Miro las pecas que van desde tu pecho hasta tus hombros, no paras de sobar mis piernas. Me penetras despacio, eres el único que puede, respiro antes mientras me besas distrayendo mi cuerpo, jugueteas viendo retorcerme, mi espalda cruje, tu cuerpo se endurece.
Susurros, gemidos, respiraciones profundas otras más de prisa, el barandal de la escalera tiembla, el escalón esta frío, 90 grados de separación, entre mi pelvis y la tuya.
Abro los ojos y veos tus jeans abultados en tus tobillos, mis pies están al aire. El ritmo lo aceleras. Un maullido viene de la cocina, mi gata brinca por la puerta,  nos mira, corre y pasa aun lado de nosotros, puedo sentir su cola que toca mi hombro.
1, 2, 3, esta vez perdí la cuenta en 5. El siguiente minuto ni siquiera cuento. Siempre terminas antes que yo, intencionalmente juegas conmigo, me tocas para verme terminar en tu regazo.